Para no apestar, Fescenia, al vino de ayer,
Engulles ávida las píldoras de Cosmo.
Con ellas disfrazas los dientes, pero de nada sirven
Cuando brota de lo más profundo de tu abismo un eructo.
¿Por qué exhalar olor más nauseabundo mezclado con pastillas
Y hacer salir más lejos la doble fetidez de tu aliento?
Esos engaños tan conocidos y esas triquiñuelas tan evidentes
Déjalos ya y ¡sé borracha sin más!
MARCIAL
Epigramas completos
Madrid: Cátedra, 2011
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